La danza como lenguaje universal

Con justa razón se dice que la danza es un lenguaje universal, pues a lo largo de nuestra historia se ha sabido de distintas civilizaciones que usaron la danza como parte de sus rituales de celebración, e incluso de despedida. Sin importar de donde vengamos, desde bebés tenemos un impulso que nos invita a movernos al ritmo de la música, casi al grado de decir que es algo que viene en nuestro ADN.

La danza es un lenguaje no verbal, es una expresión pura que según distintos registros históricos se ha utilizado no sólo como un medio de comunicación y expresión entre iguales, sino también como una forma de conectar con lo espiritual, la naturaleza, deidades e incluso antepasados.

Incluye una parte muy ritual, misma que se puede exponer a través de danzas folklóricas que provienen de distintas culturas, las cuales a través de generaciones han heredado una serie de tradiciones que se expresan por medio de movimientos corporales. Estas suelen tener intenciones variadas, pero generalmente incluyen algo de homenaje, veneración o agradecimiento. Lo cual ha generado importantes valores sociales y una conexión casi mística que combina mente y cuerpo a la perfección.

Tal y como lo comparte DancEmotion, el cuerpo humano parece entender los beneficios de la danza de forma completamente intuitiva, pues cuando una persona practica algún estilo de danza, se sumerge en un estado de evasión, o bien de plena concentración en el presente, mientras que por su parte, el cerebro comienza a segregar hormonas que generan una sensación de relajación y felicidad. Como hemos abordado anteriormente, la danza es de gran ayuda en el tratamiento de diversas afecciones mentales.

Sin importar nuestra nacionalidad, esta expresión logra conmovernos en muchas ocasiones, es por esto que en 1982 la UNESCO oficializó el 29 de abril como el día internacional de la danza.

Este arte que compartimos, es la expresión más sincera y para comprenderla no es necesario decir una sola palabra.